Por qué escribir ayuda a pensar

Cuando hablábamos de cómo plantear tus objetivos de año nuevo o de cómo conseguir tus objetivos a largo plazo, quizás obviamos comentar una importante recomendación: No sólo basta con pensarlos, hay que escribirlos.

La cuestión va más allá de escribirlos para evitar olvidar las geniales ideas que hemos tenido. Escribir puede ayudarnos también a pensar y además mejorar nuestra productividad.

A la hora de transladar nuestras ideas al papel tenemos que hacer un esfuerzo para repensar las ideas, sintetizarlas y redactarlas de una forma comprensible, ayudándonos a analizar de una forma más exhaustiva lo que en un principio sólo fue un pensamiento fugaz.

A pesar de que al hablar de escritura nos referimos más a un lenguaje verbal escrito, para poner sobre el papel nuestras ideas podemos emplear múltiples herramientas como diagramas, flechas, dibujos, esquemas, que nos ayuden a conceptualizar y definir nuestros proyectos e ideas más allá de las palabras. Si no puedes encontrar la palabra adecuada no te bloquees, ¡dibújala!

5 beneficios por los que escribir sobre nuestros proyectos

1. Concreción: Cuando ponemos por escrito una idea, debemos definir de manera clara qué queremos decir y cómo. Tenemos unas limitaciones de espacio y tiempo que nos obligan a acotarlas de una manera más precisa que si simplemente las mantenemos en nuestra mente. Podemos escribir folios y folios sobre una idea pero seguramente estaremos dando rodeos sobre las mismas cuestiones y además nos consumiran un tiempo que no es necesario. Quizás no necesites más que unas líneas y algunos subapartados.
   La cuestión no es escribir mucho si no sólo aquello que realmente sea necesario recordar después.
2. Organización: Si ya has comenzado a escribir sobre tu idea y precisamente has tenido el problema anterior, no te preocupes, tener las ideas por escrito permite poder releerlas y organizarlas de una forma más eficaz.
   Repasa todo aquello que has escrito y destaca lo fundamental, las ideas principales sobre las cuales gira todo el texto. De esta forma, podrás localizarlas de una forma más clara cuando lo necesites y además poco a poco mejorarás la capacidad de síntesis en tu redacción.
3. Vinculación: Las ideas no vienen solas. Habitualmente surgen de relaciones de conceptos, reformulación de ideas, experiencias o conocimientos previos. Escribirlas ayuda a establecer esas relaciones y además dejar constancia de ellas. A quién no le ha pasado que dos proyectos aparentemente inconexos, acaben estableciendo relaciones entre ellos que ayuden a su evolución.
4. Decisión: Escribir ayuda a tomar decisiones ya que al redactar de una forma clara y precisa lo que queremos conseguir, es más probable que visualicemos las dificultades del proyecto o incluso su viabilidad. Aunque a corto plazo escribir sobre una idea consuma una pequeña cantidad de tiempo, a la larga nos permitirá ahorrar recursos (económicos, de tiempo, de esfuerzo) solucionando problemas que pudieron preveerse.
5. Optimización: Si como decíamos, pensar y escribir nuestras ideas ayuda a encontrar más fácilmente las dificultades, no sólo será más sencillo poder solventarlas antes de que surjan y por tanto optimizar nuestros esfuerzos si no también conseguir mejores resultados. Además, si sacamos de nuestra cabeza todas esas ideas y dedicamos un tiempo concreto a pensarlas, escribirlas y repasarlas cuando sea necesario, tendremos nuestra mente libre para seguir generando ideas y poder repetir este mismo proceso de manera habitual.

Imagen: estefania alfonso