Dos tipos de obstáculos que nos alejan del éxito

8 abr 2012 0 comentarios




Cuando hablábamos de qué hacer cuando la planificación falla marcamos que existen obstáculos con los que nos podemos topar en nuestro camino. En este caso, vamos a definir los diferentes tipos de obstáculos y cómo podemos enfrentarnos para evitar desviarnos de nuestros objetivos.

Para comenzar, debemos ser conscientes de que los obstáculos con los que nos veremos las caras pueden ser externos o internos. Brevemente, los obstáculos internos son aquellos que vienen de nosotros mismos y las trabas externas son todas aquellas dificultades que provienen del contexto en el que nos situemos, ya sea a nivel económico, social, político, …

  • Los obstáculos internos suelen ser más habituales de lo que pensamos. A menudo actuamos como bloqueadores de nuestros propios logros ya sea por el miedo al cambio o a la frustración, entre otras cosas.
    Por otra parte, podemos encontrarnos con que las dificultades vienen por la falta de conocimientos o competencias, que no nos permiten avanzar hacia nuestros objetivos.
    En ambos casos, la prioridad fundamental será detectar aquello que nos frena, ya sea un déficit a subsanar o un bloqueo que nos para a la hora de continuar. Una vez identificado, podemos buscar ayuda en las áreas que nos resulten más difíciles, ampliar nuestra formación, externalizar una tarea o cualquier otra opción que nos ayude a salvar el bache.
    Si el problema es que nos frenamos a continuar porque no conseguimos centrar nuestros esfuerzos en lo más importante, puedes leer este post o si el problema es la dificultad para afrontar los cambios puedes leer este otro sobre el miedo a la frustración.

  • En el caso de los obstáculos externos, la cuestión es algo más difícil de valorar pero no por ello imposible. A pesar de que a primera vista podríamos dejarlo pasar y jugar el papel de víctimas porque “al ser externo no lo podemos controlar” no es la mejor solución y lo que es más importante, no es cierto.
    Como hemos comentado antes, podemos encontrarnos con barreras económicas, sociales, políticas o cualquier otra opción que provenga del contexto (incluso una persona sola puede suponer un obstáculo).
    En este punto, al igual que en las externas es fundamental determinar de qué tipo son, de dónde provienen, qué nivel de alcance (o afectación) tienen sobre nuestro proyecto y qué expectativas podemos generar al respecto.
    Una vez conozcamos a qué nivel afectan y qué perspectivas tenemos, podremos desarrollar estrategias alternativas para tratar de evitar o minimizar el perjuicio.
    Es obvio que en muchos casos no podremos evitar estos obstáculos pero sí anticiparnos y tratar de encontrar soluciones que reduzcan el perjuicio que sufriríamos si no hiciéramos nada.

En resumen, los obstáculos internos y externos con los que nos encontramos en nuestros proyectos deben ser analizados para encontrar la mejor alternativa y estrategia para evitar que nuestra planificación falle.


Imagen vía: sebascelis

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