Uno de los principales
bloqueos a la hora de poner en práctica un plan de acción es
precisamente no tenerlo. A menudo, nos sentimos perdidos y no sabemos
qué debemos hacer para salir de ese estado que está a camino entre
la desesperación y la indefensión.
No existe una solución
única a un problema tan habitual como este. Pero, no todo es
negativo, a pesar de que acertar la solución para todos los casos
sería imposible sí podemos adoptar una serie de estrategias que nos
acerquen a una resolución.
- Cuestiona: Es importante tener en cuenta que cada uno vemos el mundo desde nuestro propio punto de vista, el famoso cristal desde el que se miran las cosas y esta forma de ver marca también un hacer, un modo de moverse por el mundo.Una de las formas de salir de una situación de bloqueo es tratar de ver las cosas desde un punto de vista diferente. No quiero decir con esto que haya que debas reestructurar completamente tus sistemas de pensamiento pero sí cuestionarte por qué ves el mundo de determinada manera y no de otra.
- Escucha: Es una buena herramienta para poder acercarse a otras formas de pensar e intentar comprenderlas. Eso sí, hay ciertas cuestiones que debemos evitar. En situaciones de bloqueo es habitual recibir consejos de todo el entorno sobre lo que “deberías” estar haciendo y no haces.Estas sentencias pueden llegar a ser peligrosas. Huye de los fundamentalismos y acepta los consejos con una sonrisa, pero a partir de ahí recuerda que la decisión final es tuya (incluso huye de mis consejos si lo crees oportuno).
- Escribe: Ya hablé de ello anteriormente. Escribir ayuda a pensar y evita que las buenas ideas o los pensamientos que merezcan la pena analizar se los lleve el viento.Escribe y escribe mucho. No todo lo que pongas por escrito tendrá el mismo valor, pero te servirá para organizar todo aquello que no te deja pensar con claridad.
- Conócete a ti mismo: Escuchar los consejos que recibimos tantas veces y de tanta gente diferente de lo que debemos ser, hacer, pensar, sentir, …, nos hace distanciarnos de nuestro propio punto de vista. Por un momento, olvídate de todos los “deberías” y piensa cómo te gustaría ser, qué te gustaría saber, conocer, incluso tener y qué te gustaría hacer (o haber hecho) en un plazo de tiempo de un año y de cinco años. No hay limitaciones, permítete un momento sin restricciones.Si no sabes por donde empezar, puedes comenzar haciendo una lista de las cosas que te gusta hacer (ya sabes, por escrito) y a partir de ahí poder pensar qué opciones te gustaría conservar a medio y largo plazo.
- Analiza tus experiencias: En teoría, para avanzar cuando caminamos no es necesario mirar atrás pero, ¿no está influyendo el camino andado en nuestros pasos?Pregúntate sobre tus experiencias anteriores: Qué éxitos has tenido, qué fracasos, qué te gustaría mejorar, repetir o que no volviera a darse. Analiza qué lecciones puedes extraer de todo esto y utilízalo, será una baza a tu favor.
Si has conseguido todo lo
anterior y tienes algunas ideas nuevas de qué puedes hacer, falta
ponerlo en práctica. No todo será factible, tropezarás por el
camino, te equivocarás, tendrás que reinventarte. Pero, si no lo
intentas, ¿estarás mejor que ahora?
Piensa qué pasos puedes
dar ya para acercarte a tus objetivos a medio y largo plazo y
conviértelos en pequeñas metas como te explico aquí.
¿Ya sabes qué vas a hacer?
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