El coworking es una de esas cosas de
las que tanto oímos hablar pero pocos se arriesgan a practicarlo. Y
aunque tiene su punto de partida en su base espacial, no sólo se
habla de compartir mesa, despacho o incluso espacio diáfano. Implica
la existencia de un espacio colaborativo pero, es más que eso,
conlleva un tipo diferente de relación, una forma de vinculación
cuyo punto de partida es el trabajo.
El coworking es una buena forma de
establecer relaciones de coopetencia, ya que en estos espacios cada
uno mantiene su ámbito de trabajo diferenciado, pero todos se nutren
de la relación sin tener porque basarse únicamente en un objetivo
común, como pasaría con el trabajo en equipo.
Más que una simple área de trabajo,
constituye un espacio de networking un lugar donde establecer
relaciones cuyo nexo de unión es el ámbito laboral.
Estos espacios se convierten en los
espacios perfectos para aquellos que se suman a la lista de
emprendedores o aquellas personas que trabajan por su cuenta
(especialmente aquellos cuyo trabajo está relacionado en áreas
creativas) pero no pueden contar con grandes espacios propios o
simplemente, se sienten más cómodos que trabajando en casa. La
posibilidad de trabajar rodeado de otra gente, no sólo permite
establecer relaciones sociales en los descansos, su función no es
que tomes tu café de media tarde rodeado de otros coworkers, sino
que permite tener a tu disposición (siempre que ellos lo quieran,
claro) una masa crítica que puede serte de gran utilidad.
Tanto si se convierten en fuente de
inspiración para futuros trabajos como si sirven de ayuda a la hora
de conseguir opiniones externas, no desestimes el poder que tiene
estar rodeado de otras personas que han decido llevar a cabo sus
propios proyectos.
Evitarás caer en los inconvenientes
que supone trabajar solo, donde tu único y peor crítico eres tu
mismo.
Más allá de las propias ventajas que
puede implicar, llamémoslo a nivel creativo, también conlleva toda
una serie de beneficios que acaban atrayendo a más gente de lo que
un principio podría parecer. No desestimemos la importancia que la economía juega en este tipo de soluciones.
La posibilidad
de ahorro económico que implica compartir gastos, permite reducir el
presupuesto con respecto a alquilar un local. Además de la
posibilidad de utilizar salas de reuniones y un servicio de
recepción, que difícilmente podríamos lograr de otro modo.
A pesar de esto, aún queda mucho
trabajo por hacer y a pesar de estar ya más instaurado en el ámbito
del diseño o arquitectura, aún existe poca flexibilidad a la hora de
conseguir uno de estos espacios, su número no es demasiado abundante y los precios son elevados para gente que empieza.
Imagen vía: Blog Fundación Quorum
1 comentarios:
Hola Vanessa!
Yo actualmente soy miembro de Hub Madrid. Es un sitio estupendo de co-working donde se comparten experiencias y donde pueden surgir sinergias profesionales. Además, está el trato personal...el ambiente es lo mejor! ambiente de trabajo pero distendido.
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