Propósitos de año nuevo: Cómo plantear tus objetivos para que no sean sólo intenciones

17 dic 2011 0 comentarios

A pesar de que ya hemos hablado anteriormente de cómo plantear objetivos, estamos en unas fechas en las que este tema se convierte en algo habitual para la mayoría de la gente. 

El final del año es especialmente propicio para evaluar y repasar todo aquello que nos trajo y tratar de comenzar el siguiente del mejor modo posible: Tratando de aprender de los errores para no volver a cometerlos, comenzando nuevos proyectos o mejorando aquellas áreas de nuestra vida con las que no estamos del todo satisfechos. 

Sin embargo, todo lo que pueden parecer buenas intenciones, suelen quedarse en eso según van pasando los días del año nuevo. Las emociones y expectativas iniciales se van disipando según se acerca el momento de emprender los propósitos que nos planteamos. 


Cómo plantear los objetivos de año nuevo para mejorar nuestras probabilidades de éxito 

Ningún sistema va a asegurarnos al 100% que consigamos aquello que nos planteamos y si lo hace, no es demasiado fiable. Pero, no es necesario resignarse, podemos poner en práctica una serie de pautas que nos ayudarán a mejorar nuestras probabilidades de éxito y en caso de que no ocurra, estar satisfechos con nuestro trabajo. 

  • Asegúrate que sabes lo que quieres conseguir
Una buena parte de los propósitos de año nuevo fallan por un problema en su definición o porque no estamos comprometidos con ellos. 
Es tan frecuente proponernos objetivos demasiado ambiguos o poco específicos como que adoptemos los más habituales sin pensar qué nos pueden aportar a nosotros: Quién no se ha planteado alguna vez perder peso, hacer más ejercicio, comer más sano o leer más (entre otros). Propósitos de los que se nutren las listas de año nuevo sin llegar a ser algo más que ideas que suenan bien en nuestra cabeza. 

Es posible que realmente quieras conseguir alguno de los anteriores pero formulados de esa manera difícilmente sabremos qué hacer para lograrlo. 

Una herramienta útil para concretar nuestros objetivos es marcarlos de forma cuantitativa, ya sea en cantidades, proporciones, tiempo o cualquier unidad de medida apropiada. Por ejemplo: Kilos a perder en margen de tiempo o número de sesiones de ejercicio a la semana y duración. 

Acotar los objetivos de este modo permite evaluar de una forma más sencilla de manera periódica si nos estamos ajustando a los propósitos que nos marcamos y qué podemos hacer para solucionarlo en caso contrario. 

  • Por qué quieres conseguirlo. 
Como ya explicamos, conocer el porqué de tus objetivos aumenta la motivación a la hora de comenzar el proceso y ayuda a la evaluación de nuestros logros. 

  • Qué es necesario para que esos objetivos se cumplan. 
A pesar de que hayamos conseguido definir los objetivos de una forma más precisa, cualquier proyecto implica llevar a cabo una serie de acciones que nos irán ayudando progresivamente a acercarnos a la meta final. Por eso, tan importante es definir aquello que queremos conseguir como los pasos que nos va a conducir a ello

Plantear objetivos específicos favorecerá la motivación a lo largo del proceso, ya que veremos como progresivamente vamos consiguiendo nuestro propósitos y a su vez, nos permite no perder de vista el objetivo final. 

  • En qué orden deben llevarse a cabo. 
Una vez hemos dividido el objetivo general en objetivos específicos debemos revisar que se encuentran en el orden correcto, es decir, que para lograr uno no dependa de la consecución de otro que no habíamos planificado o que habíamos planteado para un momento posterior. 

Es obvio que en un primer momento no podremos plantear todo el proceso, pero sí tendremos una guía muy útil cuanto más específicos seamos en este área. 

  • Cuál es el primer paso para conseguir que cada uno de tus objetivos específicos se cumpla. 
Este paso es clave para comenzar el camino, si sabemos qué queremos conseguir, por qué y cómo vamos a hacerlo, sólo nos queda tener claro cual es el primer paso. 

Revisa la lista de acciones, aísla el primer paso que hayas definido (asegurándote que no sea necesario nada más para poder llevarlo en práctica) y conviértelo en una acción corta que pueda ser llevada a cabo en unos dos minutos como máximo (es posible que tengas que descomponer aun más los pasos de lo que habías hecho anteriormente). 

  • Completa cada una de las acciones anteriores antes de fin de año. 
No valen excusas, por mucho que hayas definido 10 objetivos generales en el primer paso y tengas esperando para ser completadas 10 primeras acciones, ¿realmente no tienes 2 minutos para completar cada una de ellas? Un consejo (nada nuevo) que puede resultar muy útil para conseguir este paso: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” (y ahora). 

Lleva a cabo inmediatamente aquellas acciones que puedan ser realizadas en este preciso momento y márcate como plazo límite el último día del año para el resto que tengan algún condicionante que te lo impida (por ejemplo, que no te encuentres en el lugar adecuado). 


Para aquellos que hayan implementado o estén en proceso de implementar el sistema GTD (si no sabes qué es recomiendo una lectura al ebook de Jero Sánchez: GTD para dummies), estos pasos son compatibles con el proceso. 

Si quieres ver cómo otros han planteado sus objetivos de año nuevo de manera específica, recomiendo que revises el Annual Review de Chris Guillebeau. 



Imagen: Autoestima 21 

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