El currículum es un
papel muerto. A pesar de que en nuestra cabeza está instaurada la
necesidad de tener uno, actualizado, atractivo y con nuestra mejor
foto, dispuesto a ayudarnos a conseguir el empleo que queremos, no es
más que eso, una idea.
Si tratas de describirte
en pocas palabras, lo más probable que sientas es una sensación de
impotencia. No es fácil resumir todo lo que haces o eres en unas
palabras. Un currículum es esa especie de “quiero y no puedo”,
un escaparate limitado donde tratas de resumir tu vida pero que
carece de sentido por sí mismo.
Sus limitaciones son
mucho más importantes que sus ventajas: No demuestra los
conocimientos reales, simplifica el verdadero valor de una persona a
unas líneas de texto, llegando a poner prácticamente al mismo nivel
de importancia el número de teléfono que los conocimientos. Y este
es sólo uno ejemplo de mil limitaciones más (que seguro a ti
también se te ocurren), sin embargo y frente a esto, aparece una
sola ventaja, estás ahorrándole el tiempo de conocerte a tu posible
empleador.
Puede parecer una
herramienta de utilidad, pero ha aportado una importante
despersonalización al mundo laboral que a día de hoy aún seguimos
pagando.
¿Qué es realmente un
currículum?
Es una escaparate: La
elaboración del currículum se ha convertido casi en una obsesión
sin sentido, llegando al punto de acabar planificando nuestra vida
según va a quedar y no al revés. Olvidamos nuestros verdaderos
intereses y acumulamos títulos como simples líneas, y lo que es
peor sólo por el hecho de que estén ahí. Para conseguir dedicarse
a algo hace falta empeño y conocimiento, pero todas estas cosas
difícilmente pueden quedar reflejadas en un papel.
Es una barrera:
Otro de los grandes errores que rodean a la figura del currículum es
que es una herramienta que ayuda a abrirse puertas. Sin embargo,
quizás debemos comenzar a verlo como una barrera, un punto de
bloqueo, que nos frena antes de llegar a nuestro objetivo.
Es una transacción:
La entrega del currículum es un mero trámite. Algo así como un
ritual que debe cumplirse para llevar a cabo una búsqueda de empleo
o una búsqueda de empleado, pero ambas partes saben de antemano que
el resultado no será el esperado. Es un intercambio desigual, una
relación de poder en que alguien (o muchos alguienes) trata de
conseguir algo de otro que no va a recibir fácilmente. Es una
batalla prácticamente perdida de antemano, pero que se libra cada
día porque se “debe” hacer.
Es una carrera: La
búsqueda de empleo se convierte en una lucha desleal por ser
el primero en dejar el currículum sobre la mesa, pensando así que
tendrá más probabilidades de ser leído, de captar la atención y
de tener una posibilidad (al menos real).
¿Cuál es la
alternativa?
A
día de hoy debemos plantearnos la posibilidad de saltar esta barrera
y llevar a cabo estrategias alternativas que realmente tengan
utilidad y vuelvan a personificar la búsqueda de empleo. Estrategias
que ayuden a valorarte por lo que sabes hacer, por tus capacidades,
por lo que te diferencia y no por la disposición de unas líneas
sobre el papel.
¿No
sabes qué hacer? Si buscas mejorar tu formación y poder llevar a la
práctica lo que aprendas, prueba a valorar otras tipos de formación no oficial. Si en tu caso, te has lanzado a la
búsqueda de empleo, te recomiendo no cometer estos 5 errores.
Uno
de los cambios más importantes que deben llevarse a cabo para acabar
con el obsoleto currículum es un profundo cambio de mentalidad, y en
este caso no es sólo la tuya, pero es un buen principio.
Y ya
sabes, mata a tu currículum.
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