Uno de los bloqueos a la hora de emprender un nuevo proyecto es el miedo al fracaso. Solemos evitar aquellas cosas que provocan un cambio en nuestras vidas y un nuevo proyecto es una de las cosas que más pueden trastocar nuestra rutina diaria.
Seguro que has oído hablar de la zona de confort (si no, éste es un buen momento), es ese lugar cómodo, tranquilo y acogedor del cual no quieres alejarte por que te sientes bien, seguro y crees que no hay un sitio mejor, ¿por qué moverse en esas condiciones?
Principalmente, porque no estás TAN bien. Si te has planteado un cambio, si quieres empezar un nuevo proyecto o simplemente dedicar un poco de tu tiempo a algo diferente es porque quieres hacerlo, quieres salir de esa rutina y experimentar un poco. Sólo necesitas que alguien te quite la manta de encima y te obligue a levantarte, pero, ¿por qué no hacerlo tú mismo?
El miedo al fracaso puede tener diferentes orígenes pero hay dos que se repiten constantemente, nuestra experiencia previa y las expectativas que generamos respecto a lo que vamos a hacer (ambas muy relacionadas).
Si nos equivocamos una vez, pensamos que volveremos a hacer y siento decirte que es muy probable que sea cierto. Aprendemos muchas veces a través del ensayo-error. Probamos, nos equivocamos y volvemos a empezar o corregimos algunos aspectos. Suena muy obvio, pero lo importante es aprender de nuestros errores y empezar de nuevo intentando evitarlo (aun así es posible que alguna vez vuelvas a caer).
El fracaso es sólo una opción, no es la única opción. Tratar de convencerte que no vas a fallar, que lo vas a conseguir y que tu éxito está asegurado sería un error y una imprudencia.
Decirte que vas a fracasar, que no vas a conseguirlo y que es mejor no intentarlo, sería un error todavía más grande.
Si tanto te preocupa fracasar, haz una de esas típicas listas de pros y contras y compara cuánto puedes ganar o perder simplemente por intentarlo. Si se te ocurre otro modo de salir del bloqueo ponlo en práctica, no importa cual sea mientras funcione.
¿Listo? Pues deja a un lado la manta que te atrapa en tu zona de confort y sal a explorar las oportunidades que hay fuera. Puedes tener éxito o fracasar pero, cómo lo vas a saber si no lo intentas. ¿No tienes curiosidad?
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